UNA BREVE REFERENCIA A CERCA DE LAS FINANZAS PUBLICAS.
Que son las finanzas públicas? Puede ser una relación entre los ingresos, los gastos y las deudas públicas, sin que con ello se diga que se limita al presupuesto o a una mera herramienta financiera. Las finanzas públicas como rama principal de la economía pública está pensada desde diversas áreas, pasando por la filosofía, la sociología, el derecho, la política, entre otros. Todos estos espacios académicos, bien sean clásicos o contemporáneos, sirven de manera útil a la construcción y diseño de lo que para el Estado no es otra cosa que la Hacienda Pública. Decía Keynes: (…) Por mi parte, pienso que el capitalismo, dirigido con sensatez, puede probablemente hacerse más eficiente para alcanzar fines económicos que cualquier sistema alternativo a la vista, pero que en sí mismo es en muchos sentidos extremadamente cuestionable. Nuestro problema es construir una organización social que sea lo más eficiente posible sin contrariar nuestra idea de un modo de vida satisfactorio . Pareciere que con esto se puede justificar la creación de un sistema financiero público que logre “controlar” al capitalismo, claro, siempre y cuando sea dirigido con sensatez, pero quien sabe, a lo mejor la estupidez también pueda servir. Entonces qué es lo que estudia las finanzas públicas y la economía pública? Pareciere que su estudio es un tipo de sistema económico, es decir, un método o procedimiento por medio del cual el Estado pueda “dirigir” o mejor “afectar” las decisiones que toman los agentes económicos en un tipo de mercado determinado (o en todos). La economía pública es pues una razón más para que el Estado intervenga el libre mercado y pueda detraer de él los beneficios de manera impositiva, para cumplir con sus principios constitucionales, entre ellos, la distribución de la riqueza. Se observa pues que el Estado tiene tres obligaciones principales, generar ingresos, asignar y distribuir recursos a través del gasto, y pagar la deuda pública. Y es que se da por sentado la necesidad de un Estado que cumpla con estas instituciones, ya que el mercado no sería capaz por sí solo, de satisfacer las necesidades sociales, por ello el “bienestar” de una colectividad se convierte en una urgencia que se debe resolver a toda costa, incluso en contra de esa misma colectividad. Examinando a Adam Smith, este proponía un sistema de libertad natural, suprimiendo restricciones al mercado y liberando al soberano de tareas que no necesitaba realizar. Para Smtih, el Estado solo debía proveer seguridad, justicia y algunas obras, sin que con ello éste intervenga en las decisiones de los agentes económicos. John Stuart Mill, de igual forma, defiende el Laissez Faire, ya que cada desviación de la misma, a menos que sea necesaria para un gran bien, es un mal cierto. Con ello indica que el Estado debe procurar la mayor felicidad posible para la sociedad; en consecuencia el beneficio social es base principal de un sistema impositivo, donde cada cual contribuye con el gasto publico proporcionalmente al beneficio obtenido. Desde entonces los derechos del soberano pesaban menos que las demandas de los ciudadanos, considerando que la utilidad subjetiva sentó los elementos de la teoría del valor, se pasó de un análisis objetivo de la economía a uno subjetivo, donde las tasaciones de los contribuyentes eran medidas desde su utilidad marginal y no desde su utilidad total. Este tipo de pensamiento se desarrolló gracias a la escuela austriaca de economía, donde Carl Menger en su libro Principios de Economía Política (1871) desarrolla la teoría del valor subjetivo y la utilidad marginal. Al igual que con la contribución de los italianos Sax (1883), Pantaleoni (1883) y Mazzola (1890), quedando ratificada a partir de allí la base de la teoría moderna de los bienes públicos, estableciéndose un vínculo entre los gastos públicos y las necesidades del consumidor.